sábado, 15 de septiembre de 2012

La cárcel de los juguetes.





Existe un lugar en el colegio al que los niños evitan acudir. Es una especie de "triángulo de las Bermudas infantil", con su propio agujero negro justo en medio del patio de juegos. Los niños recién llegados hablan de él con un respeto casi místico, y es que aunque parezca una inofensiva tapa de alcantarilla todos los niños saben desde el primer día de recreo que es en realidad una monstruosa trampa que engulle todos los juguetes que se acercan por allí.
En un principio yo creía que se trataba de una infantil leyenda urbana, y que los juguetes se perdían enmascarados en laberínticas historias de mochilas y manos ajenas; pero hoy he visitado el mausoleo en el que descansan algunos de los juguetes preferidos de nuestros hijos, y no he podido evitar sentir cierta empatía con sus inocentes lágrimas. Durante unos segundos me ha inundado la nostalgia de los años en los que mi mayor preocupación también consistía en proteger mis tesoros infantiles, y no me ha quedado otra alternativa que compadecerme de ellos.
Para evitar tentaciones de románticos rescates (y con ello prevenir accidentes no deseados) se ha soldado la tapa, con muy buen criterio a mi entender; lo que le confiere a la cárcel de juguetes un cierto aire de inexpugnabilidad muy misteriosa y apetecible; y es que dá la impresión de que un infantil aprendiz de Alí Babá merodea por el patio tratando de deletrear la complicada fórmula de "Ábrete Sésamo". Gracias a la cueva del tesoro de juguetes hoy he tenido la ocasión de inventarme un nuevo cuento para mi hijo. Hay que encontrar el lado positivo a todo...

16 comentarios:

  1. hola B alagar,
    me imagino los ninos pobres deseándose juguetes que jamás podrán alcanzar....


    un abrazo^^

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    1. En el fondo no deja de ser positivo, porque desde la más tierna infancia aprenden a cuidar de sus juguetes; y te puedo asegurar que después de ver cómo se les cuela uno de ellos a alguno de sus compañeros se andan con mil ojos para que ninguno de los suyos se acerque por allí... ;))
      Un abrazo.

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  2. Balagar.... " La càrcel de los juguetes "

    Lo que aquì das a entender lo inalcanzable, eso es sadismo.

    Aquì habìa un programa por T.V. que los pequeños tenìan que tirar sus chupetes dentro de una mamadera gigante transparente....y algunos pobrecitos se quedaban llorando....otras mamàs le han tirado los chupetes a sus hijos a un rìo, para que el niño vea que no regresa, para sacarle ese vicio.
    Lo veo y siento como una maldad.

    Al empezar a leer he creìdo que se trataba de algo màs grave....como ha ocurrido aqui...despues de muchos años se han decidido ex alumnos de un colegio de curas a denunciar a un cura abusador....
    Cada vez hay màs casos que ocurren en colegios y son denunciados muy tarde por padres que no lo han notado mucho antes en sus pequeños hijos.

    ¡¡¡ muy interesante tu nota !!!

    un beso ( de donde eres ? )

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    1. Uff... Lo que tú comentas sí que es impactante... Aquí en España también hubo y habrá casos de maltratadores (padres, educadores, curas...). Eso sí que no tiene nombre ni justificación posible. En nuestros informativos todavía está muy reciente la noticia de un padre que "presuntamente" ha acabado con la vida de sus dos pequeños y que luego les ha incinerado. Es algo que yo (como la inmensa, por no decir total mayoría de padres de este mundo) rechazo y condeno; y me hace incluso desear la pena de muerte; aunque supongo que lo más justo para ese tipo de degenerados sería que ellos mismos deseasen morirse de lo putas que se lo hiciesemos pasar los demás.
      Lamento que hayas visto reflejado en mis letras el sadismo; nada más lejos de mi intención. Quizás el título incite a ello, e inconscientemente se asocie lo negativo de la cárcel con los juguetes; pero en el fondo lo que yo quería reflejar es la "escuela de vida" que perciben nuestros pequeños. Hasta los detalles más mínimos, como puede ser una tapa de alcantarilla en el patio del colegio les sirven para hacerse más responsables con sus cosas; y eso siempre es positivo; amén de la innumerable cantidad de leyendas infantiles que se inventan con el tema...
      Gracias por tu comentario; me has hecho reflexionar sobre muchas cosas.
      Un abrazo.

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  3. Un triángulo de las Bermudas, sí. Allí debe andar una muñeca pequeñita que mi hija llevaba siempre encima. Por un cuento todo vale la pena.
    Besos, y sigue inventando cuentos.

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  4. Gracias, Nuria. Y tú sigue leyéndolos, jejej. Si quieres me acerco un día de éstos a buscar la muñeca de tu niña; pero creo que este agujero negro debe de ser muy selectivo, porque la mayoría de juguetes que hay en su interior son de niños. Las niñas suelen ser más precavidas; aunque por mirar... ;)))
    Un fuerte abrazo.

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  5. Hola Balagar, en estos temas de niños la verdad es que me quedo siempre muy reflexiva, lo que a muchos adultos nos parece normal, a un niño le puede dejar traumatizado durante una larga temporada.
    Ufff los niños, que seres más indefensos y a veces ingratos, son niños que no intentan hacer daño, solo se defienden cuando se ven agredidos, aunque solo sea al “quitarles el chupete”.
    Palabras sabias amigo. Un abrazo.

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    1. Otro abrazo muy grande para tí, Lola.
      ¿Hay algo comparable a la mirada de admiración de un hijo hacia su padre? A mí me hace creerme supermán; me motiva y me produce unas descargas de energía impresionantes. Por ganas congelaría el tiempo, porque no dá tiempo a disfrutar con plenitud de cada fase de su infancia. Es impresionante lo fugaz que se hace la infancia de los peques. En el fondo creo que todo se resume en que nunca dejaré de ser "un niño grande".

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  6. BAlagarín de mi corazón!

    me encanta, mucho!!!
    la carcel de los juguetes...es que es un titulo tan guapo... Deberías hacer un cuento largo y extenso y luego publicarlo y hacerte famosa como la de Harry Potter.

    Yo veo potencial de una historia larga y enrevesada, de esas que se te dan bien a tí! :)

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    1. Lunita... Ya te echaba yo de menos por mi desván. Creía que te habías mimetizado con alguno de los muchos trastos que guardo por aquí esparcidos. La historia larga y enrevesada tiene que esperar, porque antes he quedado con una muy buena amiga para escribir a cuatro manos una intrincada historia de intrigas y asesinatos. Somos demasiado vagos los dos como para empezar a darle forma; pero no creas que me ha caído en saco roto.
      A Isma le estoy escribiendo ahora una historia de una golondrina; ya te lo pasaré cuando se lo haya leído (si es que le gusta...jajaj).
      Ojo con las patatas vinagreta, sobre todo cuando provenan de desconocidos... ;))
      Un abrazote de oso, lunita.

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  7. recuerdo que en mi colegio pasaba algo parecido! No muy orgullosa de reconocerlo, diré que me acuerdo por que fue ''relativamente'' hace poco tiempo, pero por muchos años que pasen no creo que pueda olvidarlo jajajaja.
    En mi colegio no había carcel de juguetes, pero si ladrones, monstruos y carceleros. Los chicos más mayores nos quitaban los juguetes y los rompian en nuestras propias narices, creandonos así varios traumas infantiles.
    Te sigo

    Saludos de la chica de los chicles, que tu texto le ha hecho recordar buenos momentos(:
    http://lachica-deloschicles.blogspot.com.es/

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    1. Bienvenida, chica de los chicles. Ponte cómoda en mi desván; aquí no hay traumas infantiles ni cosas que te puedan asustar. En mis tiempos de colegio (por desgracia a mí sí que me resultan bastante lejanos) también abundaban los matones, los ladrones y los carceleros de juguetes ajenos; pero con la perspectiva que te van dando el paso de los años te diré que a fecha de hoy les recuerdo con cierta gracia. El desagrado que sentía en su momento se ha ido reemplazando por lástima, porque en el fondo la mayoría de ellos eran unos acomplejados que solamente se sentían seguros de sí mismos abusando de los más débiles; y eso es digno de lástima. El tiempo pone a cada uno en su sitio, créeme... ;))
      Un abrazo.

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  8. Pues me parece terrible, con que derecho han de guardar eso como si fueran trofeos, entiendo que en un momento dado se lo quiten, si les distrae de algo importante, pero a la salida del cole, que lo devuelvan, ufff me pone de los nervios estas cosas.
    Seguro que el cuento para tu hijo, es lo único positivo que saco de esta lectura (entiéndase que no por la forma, que es como siempre excelente, sino por el contenido).

    Un beso

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    1. Debo de haberme expresado mal, Calma. A lo que yo me refiero es a una inoportuna tapa de alcantarilla por la que se cuelan los juguetes cuando salen al patio a jugar; no es que se los quite nadie. Hay que ser muy cruel para robarle un juguete a un niño y tirárselo a la alcantarilla... Es una consecuencia más de la falta de previsión a la hora de construir; no creo que entrase dentro de los planos dejar una tapa de alcantarilla justo en un lugar tan peligroso; pero como vivimos en una zona de gran crecimiento demográfico el cole fué construido "aprisa y corriendo"; de ahí esos pequeños fallos. En mis tiempos sí que existía la figura del maestro dictatorial que te requisaba lo que se le antojaba; pero por fortuna las cosas han ido evolucionando; y los críos tienen unos derechos con los que nosotros antes ni soñábamos.
      Gracias a esa alcantarilla están pendientes de sus juguetes cuando otros niños se los piden (por el temor a perderlos para siempre de manera accidental); y eso es positivo, porque refuerza su sentido de la responsabilidad. Los profesores (al menos los que nos han tocado hasta ahora) han sido inmejorables. Desde aquí mi agradecimiento. Cada vez respeto más su profesión. Yo no creo que tuviese la paciencia necesaria... ;))
      Un fuerte abrazo.

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  9. Pues, este tipo de sitios los debe de haber en casi todos los patios de colegios. Por que, aquí, en Foz, en el patio de mis hijos lo hay. Lo bueno es que en vez de en el centro está en una esquina.
    Todos los niños pequeños que llevan cochecitos al cole, lo primero que miran es si es lo suficientemente grande como para que no pase por la reja.
    A todos los compañeros de mi hijo pequeño les pasó, y el disgusto del mio cuando le tocó a él, ni te cuento, creo que se pasó más de dos semanas mirando si seguía su coche, hasta que un día muy lluvioso la alcantarilla se limpió y .... adiós a la visita de todos los días.
    Un abrazo.

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    1. Qué cosa esto de las alcantarillas, Gon... ¿Te acuerdas del partido que le sacábamos nosotros a las de nuestra calle para jugar con ellas? Yo recuerdo la fiebre de las carreras de chapas, cuando la vuelta a Asturias de Sean Kelly y compañía (todavía corrían los del equipo Kas, jjajaj). Anda que no tenemos cristales cortados contra los bordes de la alcantarilla!!! Ahora no hay alcantarillas en la calle Magdalena; ni pueden jugar los niños con la libertad que hacíamos nosotros en los porreos y "la tierruca". ¡Qué recuerdos, Gon, que recuerdos...!.
      Ayer precisamente estuve haciendo repaso a las promesas de principios de año con Fabi, y nos hemos acordado de tí casualmente. Vete preparando, que la San Silvestre de este año no vá a ser tan relajada como la pasada. Prometido. Un abrazo enorme, Gonza. Cuídate.

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