sábado, 27 de abril de 2013

Instrucciones para llegar a ser un buen amante.











Instrucciones  para ser un buen amante:

 (By Balagar)

 

En primer lugar yo aconsejaría olvidarse por un momento de uno mismo. Esa sería la norma fundamental para llegar a convertirse en un amante de primer nivel. Una vez aclarada esa premisa puntualizar que ser un buen amante no significa follar bien, ni saber muchas posturas; sino más bien comprender y dominar una serie de conductas que generalmente solemos pasar por alto. Si es usted de los que acuden regularmente a profesionales absténgase de poner en práctica mis consejos. Se ahorrará dinero. Además, de todos es sabido que ellas le dirán igualmente que es usted un amante excepcional. Es una simple cuestión de precio y de cortesía profesional.

Este manual pretende recoger simplemente una serie de consejos básicos, útiles sobre todo en el caso de que usted decida dar el gran salto y pasar de ser un amante ocasional (insulso e inexperto) a un amante permanente. En el caso de que usted haga uso  de aventuras anónimas y pasionales, del tipo “atropello y fuga”,  puede leerse este punto y abandonar la lectura inmediatamente. Este manual pretende corregir ese tipo de actos egoístas. Si  usted es de los que buscan ante todo su propia satisfacción, dedíquese mejor al onanismo. Disfrutará igualmente y  se cansará la mitad.
En el caso de ser su primera experiencia, déjese aconsejar por compañeras más experimentadas. Este manual no pretende ser una hoja de instrucciones. Si lo desea puede usted acudir al Kama Sutra u otro tipo de textos especializados, muy abundantes en internet. Haga la prueba: teclee la palabra teta o culo. Increíble, ¿verdad? Bueno, supongo que todos lo hemos hecho al menos una vez por probar… Lo importante es que una vez vencida su curiosidad deseche ese tipo de bazofia. No tiene el suficiente rigor científico.
 Lo que yo le propongo está basado en años de observación y evolución constante. Volvamos al Kama Sutra. Es el libro sagrado por excelencia; es la Biblia de los folladores. En el caso de ser usted de lectura lenta no se preocupe, porque incluye fotografías bastante explícitas. Lectores lentos pero de finales rápidos, limítense a leer. ¡Prohibición absoluta de mirar las ilustraciones!
 (Detalle importante: Absténganse de su puesta en práctica aquéllos poco dotados o de capacidades atléticas limitadas. Hay posturas que cuestionan seriamente las leyes más elementales de la física. Otras son directamente imposibles de poner en práctica, a menos de que sea usted un nativo mandingo, que lo dudo mucho.) 


Punto nº 1 Ponga su mente en blanco. Déjese llevar.

Este punto es fundamental. Si pretende dejar una huella positiva en su partenaire debe olvidarse por un momento de la final de la Champions, de los balances de fin de mes y del cambio de aceite del coche. Una buena elección de ambiente y de banda sonora es importante. Evite en la medida de lo posible la parte trasera de su coche, los retretes públicos y otra serie de lugares exentos de intimidad. Es recomendable utilizar una buena cama con un colchón de calidad y somieres reforzados; pero cualquier lugar es bueno si su compañera está de acuerdo. En el caso de las bandas sonoras no me atrevo a sugerir nada, porque los gustos musicales son muy particulares, pero yo desaconsejaría totalmente el metal punk, el tecno ska, los panchos y los poutpourrís de las tunas. (Insisto, es una opinión particular. He disfrutado de encuentros sexuales maravillosos al ritmo de “Clavelitos”, pero no es algo muy habitual). En la película de Emmanuel (ojo, no confundir con “ Er Manué”) hay un par de temazos muy recomendables; pero ustedes mismos… Para gustos se hicieron los colores. Un auténtico referente en este campo es el “Je t’aime moi non plus” de Jane Birkin & Serge Gainsbourg. Advertencia para los neófitos: Gástense un poco de dinero en buena música. Si les vá más el rollo “piratilla” o son adolescentes descárguense de internet unos buenos temas. No utilicen “Dora la exploradora” o “Barrio Sésamo” simplemente porque les sale gratis. El éxito de una buena relación está muy condicionado por este tipo de detalles que parecen irrelevantes a primera vista.


Punto nº 2 Relax. Olvídese de las prisas.

   Eso incluye apagar el teléfono móvil. Es aconsejable esconder el reloj despertador, porque puede sentir la tentación de calcular medias comparativas con relaciones anteriores. No se obsesione con la duración de su encuentro. Si padece de algún tipo de trastorno que acelere su excitación puede proveerse de preservativos con acción retardante. En casos extremos, acudir a un especialista. Los métodos caseros (como imaginarse a es@ vecin@ tan pelud@) está demostrado que no funcionan y además le crearán a la larga un trauma difícil de superar. Mezclar pesadillas recurrentes en momentos de fantasía sexual es un cóctel demasiado peligroso. Mejor vuelva al punto uno.



Punto nº 3 Tómese su tiempo.

    Una buena relación comienza por una buena excitación. Dedíquele a su compañera las caricias necesarias. En el caso de que usted sea eyaculador precoz vuelva a leer con atención el punto 2, y hasta que no lo tenga solucionado no intente completar este manual.



 


Punto nº4 Acepte con humor los imprevistos.

 Puede suceder que ese día se encuentre usted extrañamente cansado, y que no haya sido una idea demasiado buena despertar el instinto sexual de su compañera. Acéptelo con humor (aunque maldita la gracia que le vaya a hacer a ella). Para tratar de vencer esa indeseable apatía le sugiero que se anticipe en la medida de lo posible con una buena provisión de los artículos necesarios (en privado le puedo ofrecer el teléfono de una acreditada Tupper Sex). Existe en el mercado un impresionante catálogo especializado, capaz de  proveerle de cualquier artículo que usted considere necesario para aumentar su líbido (eso incluye prótesis temporales). Si su problema está originado por un deficiente riego sanguíneo acuda a su médico de cabecera. Con receta médica le puede dispensar Levitra o Viagra a discreción, no se preocupe. Para casos de flatulencia inoportuna o indigestiones severas con reflujo le recomiendo una visita discreta al cuarto de baño momentos antes de iniciar su aventura. Es  totalmente normal sentirse así alguna vez en la vida, no se preocupe. Puede estar motivado por el miedo al fracaso. Una vez superado el punto de los posibles imprevistos estamos “listos para la acción”.


Punto nº 5: Listo para la acción.

 Ya ha superado con éxito lo más difícil, que son los preámbulos. Su relación avanza “viento en popa” (no, no es ninguna referencia a ningún tipo de imprevistos tratados en el punto anterior).
Usted está animado. Su arma está cargada y en perfecto estado de revista. Su compañera le mira con ese brillo especial en los ojos. Ha llegado el momento… 
No se ponga nervioso. Destierre (momentáneamente al menos) de su imaginación verbos tan manidos y coloquiales como “espatarrar, poner a veinte uñas, espetar, clavar, mamar… Aparte de ser vulgares conllevan una serie de actitudes que nos conducen de nuevo a la introducción de este manual (ya estabas pensando en otro tipo de “introducciones”, ¿verdad que sí, pervertidillo?). 
Como he dejado muy claro desde el principio se trata de compartir, de ser generosos, de complacer a nuestra compañera… Céntrese en recoger esos mensajes subliminales que ella le está dedicando. Lea entre líneas. Escuche su respiración, dedique más caricias a esas zonas que ella declama con mayor ansiedad a través de sus posturas corporales. Sus gemidos le pueden estar indicando dos cosas: que le está gustando lo que usted le está haciendo en ese determino instante ó que le está usted destrozando la epidermis con su barba de dos días. Vamos a suponer que usted ha tenido el suficiente sentido común de acudir a su cita en un buen estado higiénico (lo cual incluye el afeitado y el empleo de un buen desodorante. No lo he mencionado antes porque parecía obvio.) No confundir gemidos con alaridos. Los gemidos son simplemente orientativos, nos dicen en qué dirección nos movemos. Los alaridos son el indicativo inequívoco de que no podemos ir más allá. Deje de hacer lo que sea que esté haciendo. Ha llegado usted muy lejos para cagarla. Serénese. Ya habrá tiempo para eso. 


Punto nº 6: Ella también está preparada.


 Ha llegado usted casi al final de la meta. Ella le susurra al oído que “ha llegado el momento”. Siga al pie de la letra sus instrucciones. A partir de este momento “viaja usted solo”, porque este servidor es incapaz de darle ningún consejo. Ha llegado usted al temido punto de “no retorno”. Como el 99 % de mis congéneres yo también me he vuelto loco al llegar a este punto, y mis hormonas han colapsado mi cuerpo hasta el extremo de convertirme en un auténtico depredador. Debería de habérselo advertido a usted al inicio de este manual para no hacerle perder el tiempo; pero me apetecía comprobar que usted, al igual que yo, todavía cree en los Reyes Magos. El secreto para ser el amante perfecto no se lo contaría un hombre jamás a otro, y mucho menos de manera gratuita. Solamente su pareja tiene la clave para convertirle en “su” súper-amante. Nuestras pequeñas particularidades nos hacen únicos. En el amor, como en el sexo, no se puede generalizar; y mucho menos dar consejos.
Buena suerte.


 Feliz fin de semana.

viernes, 19 de abril de 2013

La vecinita. Reposteado a petición de un gran amigo mío.






 



La vecinita

Todos tenemos "una vecinita". En mi caso particular han sido muchas y muy
variadas "mis vecinitas". La que ahora me ocupa es la última en instalarse a
escasos metros de mi puerta. Se me desboca el corazón cuando escucho su
puerta y he de reconocer que en algunas ocasiones incluso he llegado a
espiarla por la mirilla.
Sé que para algunos puede ser una especie de sueño erótico, un fetiche, una
fantasía deliciosamente tentadora; y que debería de sentirme halagado por
sus continuas visitas en reclamo de atenciones; pero me acobarda una mujer
así. Es así de simple: Me acojono cada vez que la espío desde detrás de mi
puerta.
 Mi "vecinita" más que un sueño se está convirtiendo poco a poco en un
constante motivo de inquietud.. Soy consciente de que no es correcto hablar
a espaldas de la gente; pero necesito descargar toda la tensión que me
produce la simple idea de imaginármela una noche más aporreando
insistentemente mi puerta en reclamo de unas atenciones que me siento
incapaz de darle. No acepta una negativa; he intentado darle largas con
respuestas evasivas; pero nada funciona... Ella sigue viniendo
insistentemente una noche tras otra con las disculpas más banales. La semana
pasada me dijo que se había dejado olvidadas las llaves en su casa (si; la
invité a pasar a mi casa... ¿Qué otra cosa podía hacer?). No es la primera
vez que sucede y me consta que no soy el único al que ha pedido cobijo; pero
no me siento celoso por ello. Lo que realmente me ha dejado sin habla ha
sido una de sus últimas peticiones...
Serían aproximadamente las ocho de la tarde cuando se me planta desafiante
ante el marco de mi puerta y me espeta un: "Necesito que me ayudes a subirme
las medias". Imagínate la situación: Mi mujer observándome incrédula desde
el sofá del salón, el peque haciendo un paréntesis en su hasta el momento
inmejorable representación de uno de sus capítulos favoritos de Ben 10, su
gato maullando zalamero y frotándose entre mis piernas y la sartén acabando
de carbonizar unas croquetas que más bien parecían conguitos...¿Qué hubieses
hecho tú? Pues no; no se las subí; ni le abroché el maldito botón de sus
pantalones cuatro tallas más pequeños de lo que le correspondían, ni volví a
entrar en su casa a ponerle las zapatillas después del paseo de la tarde; ni
volveré a tener que negarme a quitarle las puñeteras medias de descanso. Me
da igual que tenga setenta años y esté medio loca. Me dá igual que se aburra
en su casa y no tenga con quien hablar. Esa tarde cruzó todas las barreras
que mi educación se sentía obligada a franquearle. Ese día me convertí en
otro de esos vecinos asquerosos y a los que siempre he odiado que se limitan
a espiarte desde la seguridad de su puerta acorazada fingiendo que no están
en casa.

domingo, 7 de abril de 2013

A Verónica








Te amo con la violencia de un océano,

con la necesidad de un recién nacido,

con la paciencia de un anciano.

Te amo como aman los pájaros al sol,

como las raíces a una tierra nueva;

como ama el invierno a la primavera.

Te amo y amaré como la vez primera,

aquélla en la que posé en tus labios un destello,

un rayo de luna tembloroso

que al incendiar tu mirada
 
aún hoy es  capaz de darle luz a mi vida.